Cultivando el amor y el balance emocional (parte 3)


¡Hola amigos! Para continuar con la serie de balance emocional te entrego un texto sobre el amor, el objetivo es aprender un poco más acerca de cómo amamos…. Y tal vez por qué. 

Parafraseando al Dalai Lama en una entrevista para un programa de televisión: “La limitación del amor pretencioso es sólo hacia ciertos seres o personas; el respeto y el amor genuino o incondicional se extiende hacia todos los seres, incluyendo nuestros enemigos. El amor es una condición heredada de Dios.” Puedes ver el clip aquí.

¿Qué pensarías si te digo que en todo tipo de relaciones humanas las partes involucradas nunca van a amar de igual manera: ni en intensidad ni en frecuencia? La razón es que todos tienen distintas historias de amor, hay quienes nunca te van a decir que te quieren pero si lo van a demostrar; hay quienes te juran que te aman pero te siguen decepcionando. El principal problema que veo en las personas es querer recibir lo mismo o más de lo que das. Ah, y si te rechazan, no te lo tomes personal y sal de ahí lo más pronto posible: en México (sobre todo los hombres) necesitamos entender que cuando nos dicen que no, es no y punto. 

Te invito a definir el amor, incluso puedes dejarlo como comentario si tienes tu propia definición… ¿Difícil no? ¿Es una emoción, es un sentimiento, es una actitud, una habilidad? Es cuestión de qué postura quieras tomar, y de qué tanto tengas roto el corazón sin reparar. 

Leyendo sobre emociones me encontré con esta frase de Wenger:


Así que hablando de amores, ¿cómo podemos diferenciar si lo que sentimos es obsesión, adicción, apego o amor genuino? Sobre todo cuando alguien se torna demasiado importante para nuestro día a día, aunque no sepamos la razón. En veces el enamoramiento saca lo mejor de nuestra personalidad, y al mismo tiempo puede hacer que afloren ideas más oscuras, o actitudes “nefastas” a veces desconocidas por nosotros. 

La respuesta es muy sencilla: si pensar en ese amor te provoca ansiedad, miedo, enojo o celos entonces existen procesos de apego o aversión involucrados. Es decir, si puede ser amor, pero acompañado de sus primos groseros. Si existe una ausencia de preocupación entonces hablaríamos de un amor sencillo, simple, que no tiene ataduras ¿puedes identificar estos procesos en ti?  

Lo cierto es que así sucede con la mayoría de las experiencias: reflejan casi de forma transparente lo que llevas dentro, y si quieres cultivar balance emocional, habrás de dejar de ver las cosas en blanco y negro, o bueno y malo, dejar de lado las etiquetas (que en este caso son críticas limitantes) para permitirte ver las cosas como son: tenemos una naturaleza dinámica y compleja. Ah, porque el amor tampoco es estático y siempre está cambiando.

¿Ahora ves el reto? De esta manera puedes comprender, por ejemplo, que la emoción del miedo está íntimamente ligada al amor; de hecho surgen de donde mismo: ideas y creencias. Y ambas están presentes para preservar la vida y protegernos, ninguno es bueno, ninguno es malo ni bueno. No permitas que el amor te ciegue por medio de ilusiones creadas desde el miedo, como decía Sócrates “un hombre sabio es consciente de su ignorancia”. 


En la publicación pasada te hablé acerca de hacer fluir las emociones y evitar estancarlas, ya sea porque las entretenemos mucho por considerarlas placenteras o bien, por algún apego que hayamos desarrollado. En el peor de los casos, al momento de reprimir las emociones o los pensamientos, en realidad estás haciendo que se queden contigo, pero escondidos y presionados, y a nadie le gusta sentirse rechazado y menospreciado.  

Así que te vuelvo a invitar a que respires muy profundo y lento, y dejarte sentir las emociones, ama tu miedo, ama tu corazón, ama todos los eventos en tu vida; al fin y al cabo, nadie se ha muerto por ser honesto con sus propias sensaciones internas.  

El amor impacienta, ya que funciona por medio de la ilusión y el deseo ¿ya vez que dicen que el amor te vuelve loco/a? Incluso en el caso de amor incondicional, buscas provocar la felicidad y el placer en la persona o personas que eliges, y eso no tiene nada de malo. El truco está en aprender a sentir amor sin que te destruya ni destruya a la otra persona, principalmente teniendo en cuenta que nadie te tiene que amar de la misma manera que tu amas. 

El desamor desmotiva y puede corromper tu proceso de generar más amor hacia ti o hacia los demás, para esto, cito a Nietzsche en la primera estrofa de su poema dedicado a Lou Andreas-Salomé, después de haber sido rechazado: “Que yo sufra mucho carece de importancia comparado con el problema de que no seas capaz, mi querida Lou, de reencontrarte a ti misma”. Lo que puedo rescatar de esto es que, a veces, si no te aman no significa que no seas digno de recibir afecto, a veces es la falta de integración mento-emocional de la persona amada, esto lo puedes ver si la persona ha sido muy dañada.   

Y para terminar un par de conclusiones: 

No hay que buscar tantas explicaciones, ya que “no recibes explicaciones en la vida real. Sólo tienes momentos que son absolutamente, totalmente, inexplicablemente extraños” (Neil Gaiman). Considero que hay que encontrar soluciones prácticas: integrar el cuerpo, la mente, las emociones y el alma para disfrutar un poco más de nuestro viaje por el universo en esta nave llamada Tierra. 

Ama, sin medida, sin temor y sin angustia. Relájate y piensa que es un tesoro incalculablemente valioso, piensa que vives en un mundo lleno de amor y abundante de oportunidades. Finalmente, recuerda que no necesitas hacer nada para ser digno de ser amado/a, tienes el derecho de recibir respeto y amor tanto como de recibir aire para respirar, no tienes que ganártelo.  

Muchas gracias por llegar hasta esta parte del texto, te deseo todo el amor y el éxito del mundo. ¡Espero te haya servido de algo! Se despide tu amigo y terapeuta Leonel Pillado. Escribe tus dudas o comentarios aquí o en facebook

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